¿Le pica la piel a tu perro?

 

El prurito es la afección cutánea más frecuente en los perros. De hecho, es el principal motivo de consulta al veterinario, aparte de las visitas de carácter preventivo. Se trata de un síntoma extremadamente molesto, que genera un gran malestar y que puede alterar la calidad de vida, tanto del perro como de sus tutores

Marina G Veterinaria

El prurito es uno de los problemas cutáneos más frecuentes en los perros. Sin embargo, por muy común que sea, no siempre es fácil averiguar por qué le pica la piel a tu perro, ya que son muchas las enfermedades que provocan el picor.

El picor de la piel puede resultar extremadamente molesto y hacer que tu perro se rasque en exceso, provocándose lesiones cutáneas. Por eso, los perros que padecen prurito también suelen presentar piel irritada, heridas, costras, dermatitis húmeda, pérdida de pelo e incluso infecciones. 

La verdad es que todos hemos visto a nuestros perros rascarse las orejas o mordisquearse la piel y las patas, y es que el picor ocasional es algo normal. Entonces, como tutores de mascotas, ¿cuándo debemos preocuparnos?

 

¿Cómo puedes saber si tu perro tiene picor? 

Por lo general, si tu perro padece prurito, te resultará muy fácil detectarlo.

Como es probable que hayas experimentado en tus propias carnes, el picor puede generar un gran malestar y a nuestras mascotas les costará encontrar un poco de alivio.

Cuando el picor es intenso, es habitual que pasen todo el día (¡y a veces incluso toda la noche!) rascándose y mordisqueándose constantemente, hasta el punto de dañar la piel. Pueden llegar a estar tan desesperados que no dejan de rascarse ni siquiera para comer o descansar.

Aparte del acto de mordisquearse y rascarse, el prurito puede manifestarse de otras formas, como, por ejemplo:
●    Agitación
●    Lametones y mordiscos incesantes
●    Sacudidas de cabeza
●    Roce contra objetos, personas, paredes o el suelo
●    Arrastrar el cuarto trasero por el suelo

Incluso si no observas ninguno de estos comportamientos, es probable que adviertas signos de que se ha rascado, como, por ejemplo, la presencia de zonas rojas u oscuras en la piel, alopecia, llagas, heridas, costras o infecciones. 

¿Qué provoca picor en los perros?  

Las afecciones que pueden hacer que tu perro sienta picor son muchas, desde problemas temporales hasta enfermedades complejas. La piel grasa o escamosa (con seborrea) no suele producir picor al principio (según su causa), pero puede llegar a hacerlo cuando la seborrea empeora o si existe una infección secundaria. A continuación, encontrarás una breve descripción de las causas más frecuentes de prurito en perros.   

Parásitos externos, como pulgas, garrapatas y ácaros

Si tu perro se refriega y rasca constantemente, probablemente pienses: «No, imposible, mi perro no tiene pulgas». Siempre debemos considerar la posibilidad de que nuestro perro tenga pulgas, ya que son la principal causa de prurito en ellos. El hecho de que no veas pulgas, no significa que no estén ahí. Y las pulgas no aparecen solo en verano, si bien es cierto que durante esta estación son mucho más frecuentes. Hay pulgas todo el año. Si pasas los dedos por el pelo de tu perro, puede que encuentres pulgas moviéndose o heces de pulga, que parecen motas negras de polvo, que dan lugar a pequeñas manchas rojas. 

La mayoría de los tutores están acostumbrados a tratar los parásitos de sus mascotas, al menos en algunas épocas del año. ¿Está tu perro realmente protegido?

A continuación, te indicamos algunos aspectos clave que debes tener en cuenta:

●    Asegúrate de seguir las recomendaciones del fabricante y realizar el tratamiento con la frecuencia indicada.
●    Trata a todas las mascotas que haya en casa, incluso a las que siempre están en el interior.
●    Si ya has detectado la presencia parásitos externos y estás intentando eliminarlos, no olvides tratar también el entorno de tu casa.
 

Diferentes tipos de ácaros también pueden provocar prurito en los perros. La sarna sarcóptica (también conocida como sarna) es una enfermedad extremadamente pruriginosa y contagiosa derivada de la infección por Sarcoptes scabiei. Esta enfermedad genera una especial preocupación, ya que también puede afectar a las personas. 

Si bien es menos frecuente que la sarna sarcóptica, los perros pueden verse afectados por la Cheyletiellosis, también conocida como «caspa andante», provocada por los ácaros Cheyletiella spp., y la Trombiculosis, un tipo de sarna causada por los ácaros de la familia Trombiculosis en su fase larvaria parasitaria. 

Por último, es posible observar prurito de diferente intensidad en los perros afectados por demodicosis, una enfermedad provocada por los ácaros Demodex spp., que habitan en el interior de los folículos pilosos de todos los perros. En la mayoría de los perros, estos ácaros no causan ningún problema, pero en algunos casos proliferan de forma excesiva, provocando la inflamación de la piel y una enfermedad clínica. 

Alergia, una afección frecuente que provoca picor 

Al igual que las personas, las mascotas pueden tener alergias y algunos perros padecen un intenso picor en la piel de naturaleza alérgica. 

Por lo general, las alergias pueden dividirse en cuatro grandes grupos:

●    Reacciones alérgicas: es el caso por ejemplo de las picaduras de abejas. Si a tu mascota le pica una abeja, la zona alrededor de la picadura se enrojece, se inflama y pica como consecuencia una reacción inflamatoria local exagerada, es que está experimentando una reacción alérgica. En los casos graves, puede que el animal tenga dificultades respiratorias y sea necesario llevarlo al veterinario sin demora. Las alergias por contacto provocan reacciones como, por ejemplo, piel irritada y prurito en la zona que ha estado en contacto directo con la sustancia alérgena, como un pesticida utilizado en el jardín. 
●    Dermatitis alérgica a las pulgas (DAPP): alergia provocada por los alérgenos que contiene la saliva de las pulgas. En los perros que padecen este tipo de alergia, la sola picadura de una pulga puede provocar un fuerte picor. Las lesiones cutáneas suelen aparecer en el lomo, la base de la cola y las patas, aunque pueden afectar a prácticamente cualquier parte del cuerpo de tu mascota.     
●    Alergias alimentarias: como su nombre indica, están provocadas por alérgenos presentes en los alimentos, como el pollo, los huevos, el trigo o la carne de vacuno. Además de prurito, los perros pueden presentar síntomas gastrointestinales, como vómitos o diarrea.
●    Dermatitis atópica: la atopia es un tipo de alergia provocada por los alérgenos que hay en el entorno de tu mascota, como el polen, las gramíneas o los ácaros. Según a qué sea alérgica tu mascota, puede tratarse de una afección estacional. El contacto con estos alérgenos provoca una respuesta exacerbada del sistema inmunitario, lo que da lugar a picor, especialmente en la cara, las orejas, el abdomen, los pies y la zona perianal. 
 

Lamentablemente, salvo las reacciones alérgicas, las alergias son afecciones crónicas que es posible controlar, pero no curar. Si tu mascota padece un tipo de alergia, será propensa a padecer otros tipos de alergia y a desarrollar inflamaciones e infecciones recurrentes del oído (otitis).  La otitis sola es una causa frecuente de picor. 

Infecciones secundarias y prurito

¿Sabías que la piel normal alberga una población sana de diferentes tipos de microorganismos? Sin embargo, si la piel presenta algún problema de salud, las bacterias y hongos que viven en ella pueden proliferar sin control y provocar infecciones secundarias.  

Infecciones bacterianas

Las infecciones bacterianas secundarias suelen estar causadas por Staphylococcus pseudintermedius y pueden variar en gravedad, en función de la zona y las capas de la piel afectadas. Pueden empezar como una «dermatitis húmeda», una lesión que aparece repentinamente como una mancha de piel rota, roja, húmeda y, por lo general, sin pelo, que se infecta muy rápido.

Infecciones por levaduras

Las infecciones por levaduras están provocadas por Malassezia pachydermatis y tienden a afectar los pliegues de la piel, las zonas comprendidas entre los dedos de los pies y el interior del canal auditivo (otitis), si bien se pueden desarrollar en cualquier parte del cuerpo. A menudo desprenden un olor muy particular y suelen ser recurrentes. `

Otras enfermedades que pueden causar infecciones cutáneas secundarias 

Aquí es donde se complica la cosa: muchas enfermedades que generan problemas cutáneos no provocan prurito (el nombre elegante del picor), como, por ejemplo, el hipotiroidismo, el síndrome de Cushing y las enfermedades autoinmunies. No obstante, si estas enfermedades se complican con una infección secundaria, puede aparecer prurito, lo que dificulta el diagnóstico del problema subyacente, ya que será necesario tratar la infección antes de seguir evaluando la causa que la provoca.

Tiña

La tiña es una infección por hongos que los perros pueden contraer al estar en contacto con animales u objetos infectados. La mayoría de las veces, la tiña no provoca un prurito intenso, si bien algunos perros pueden experimentar un picor leve. Además, este también puede desarrollarse como consecuencia de las infecciones secundarias mencionadas anteriormente.   

 

¿Qué perros pueden sufrir prurito?

Todos los perros pueden sufrir prurito. Sin embargo, esta afección es más frecuente en algunas razas que tienen una mayor predisposición a las enfermedades subyacentes que la provoca, como, por ejemplo: 

  • Alergias: por ejemplo, labradores retriever, golden retrievers, pastores alemanes, bulldogs franceses y pugs.
  • Infecciones de oído: cocker Spaniel y basset hounds.
  • Infecciones en los pliegues de la piel: shar pei, bulldogs ingleses y otras razas braquicéfalas.

 

¿Qué puedes hacer para ayudar a tu perro?

Si deseas obtener más información sobre cómo aliviar el picor en perros, te recomendamos leer la página en la que abordamos esta temática específica.

Buscar ayuda veterinaria

Si notas que tu perro experimenta más picor del normal u observas alguna herida en su piel, consulta a tu veterinario.   

Llevar un registro de la información relevante 

Intenta evaluar cuánto le molesta el picor en casa. Esta información puede facilitar el diagnóstico al veterinario, y permite saber si el perro mejora después de iniciar el tratamiento.

Otra información relevante que puedes facilitar a tu veterinario es qué alimentos come, cuál es su rutina diaria y cómo han evolucionado los problemas cutáneos con el transcurso del tiempo (¡fotos incluidas!).

Ser paciente y confiar en el equipo veterinario

Para diagnosticar las afecciones dermatológicas, los veterinarios suelen adoptar un enfoque paso a paso. Esto significa que averiguar la causa del picor en la piel, especialmente cuando se debe a alergias, puede requerir semanas o incluso meses. Mientras tanto, es posible que no observes una gran mejoría en tu perro o incluso que empeore en algún momento. 

Este proceso puede ser frustrante, tanto para los tutores de las mascotas como para los veterinarios, por lo que es muy importante que busques a un equipo en el que confíes y con el que puedas hablar abiertamente de todo lo que te preocupa.

Controlar el prurito y aliviar rápidamente los síntomas

El tratamiento del prurito se basa en cuatro componentes clave:

●    Tratamiento tópico localizado con principios activos clave que actúan sobre las tres barreras cutáneas para aliviar el picor, reforzar la barrera dañada y restablecer el equilibrio de la microbiota, como, por ejemplo, DOUXO® S3 CALM para la mayoría de los casos y DOUXO® S3 PYO para los casos en los que hay un desequilibrio de la flora cutánea.
●    Medicación prescrita por tu veterinario para reducir el prurito y la inflamación de la piel.
●    Evitar que tu perro se provoque más daños.
●    Diagnosticar y tratar la causa subyacente a fin de garantizar un alivio a largo plazo.
 

Desde dietas específicas, hasta medicamentos e incluso baños con champús especiales, existen diferentes opciones para tratar el prurito. Tu veterinario te recomendará la más adecuada para tu mascota, ya que el tratamiento debe adaptarse siempre a sus necesidades y varía en función del diagnóstico. 

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claves

para reducir el prurito

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