Infección bacteriana en la piel de los perros — La pioderma: una enfermedad frecuente

 

Las infecciones bacterianas de la piel son muy habituales en perros, pero se producen de forma secundaria a otro problema. Por eso es necesario tratar la infección y abordar su causa a fin de evitar posibles recaídas.

Marina G Veterinaria

Las infecciones bacterianas de la piel son muy frecuentes en los perros y, a menudo, un problema secundario provocado por otra afección, como, por ejemplo, una enfermedad alérgica. Sea cual sea la enfermedad subyacente, es necesario tratar la infección, ya que esta produce malestar y dolor. Además, con frecuencia se extiende tanto a la capa superficial de la piel como a las capas inferiores más profundas.

¿Qué síntomas provocan las infecciones bacterianas en los perros?

Las infecciones cutáneas pueden presentar diferentes síntomas, que dependen de la zona afectada y de la extensión de la infección. Por lo general, nos referimos a ellas en función de su profundidad:
-    Pioderma de superficie, muy superficial
-    Pioderma superficial
-    Pioderma profunda

Pioderma de superficie

La pioderma de superficie solo afecta a las capas superiores de la piel. Suele causar enrojecimiento, dolor y picor en la piel, la cual a veces presenta un aspecto «grasiento» o aceitoso debido a la supuración de líquido infeccioso desde el interior. Se observa con mayor frecuencia en los pliegues de la piel o en las zonas más húmedas del cuerpo. Las formas más habituales de pioderma de superficie son la dermatitis húmeda, que suelen desarrollarse como consecuencia de una lesión provocada por el mismo animal, a menudo derivada de una alergia, parásitos, etc., y la dermatitis que afecta a los pliegues cutáneos (intertrigo), que se desarrolla debido a la fricción entre dos superficies cutáneas (muy frecuente en los perros con pliegues cutáneos prominentes). El sobrecrecimiento bacteriano suele afectar a las áreas del cuerpo con poca aireación, como los pies, los pliegues de la piel, etc. 

Pioderma superficial

La pioderma superficial afecta a capas más profundas de la piel y, además de enrojecimiento y picor, a menudo se observa una infección de los folículos pilosos (llamada foliculitis), así como pápulas, pústulas, costras, pérdida de pelo localizada (alopecia) y un mayor dolor y malestar. También suelen observarse «collaretes epidérmicos» en los que las capas superficiales de la piel se desprenden provocando una descamación como consecuencia de una infección bacteriana en la epidermis, con un color de piel oscurecido. La pioderma superficial puede afectar a cualquier parte del cuerpo. 

La foliculitis es un tipo de pioderma superficial en la que la infección se concentra en los folículos pilosos y a su alrededor (¡de ahí su nombre!). La foliculitis bacteriana en los perros es una afección bastante frecuente y se caracteriza por la presencia de pústulas: granitos con pus dentro alrededor de los folículos pilosos. El folículo suele estar rodeado de una zona enrojecida e inflamada. Además de ser muy dolorosas, especialmente cuando se tocan o se mueven los pelos, las pústulas más grandes pueden romperse provocando heridas abiertas y, posteriormente, cicatrices.
 

Pioderma profunda

La pioderma profunda, como su nombre indica, se produce cuando la infección ha penetrado profundamente en la piel y, a veces, en los tejidos más profundos que hay debajo de esta. Es posible observar protuberancias y, a menudo, también fístulas y fisuras en la piel, que con frecuencia supuran pus u otras sustancias. También pueden observarse erosiones y zonas ulcerosas. Estas lesiones suelen ser pruriginosas e incluso dolorosas.

La pioderma profunda suele estar provocada por estafilococos, si bien con frecuencia se complica como consecuencia de la presencia de otras especies bacterianas como Pseudomonas, E. coli o Proteus, que son más difíciles de tratar.

Quistes foliculares en los perros

Los quistes foliculares son bastante habituales en los perros. Sin embargo, es importante diferenciar si realmente se trata de un quiste o bien de una afección más preocupante, como, por ejemplo, un síntoma de pioderma (un folículo infectado) o un tumor. Un quiste folicular simplemente es un folículo piloso obstruido, lleno de sebo (aceite) o material capilar. Si bien los quistes pueden estar causados por un traumatismo, no suelen ser secundarios a infecciones. En la mayoría de los casos, aparecen como «bultitos» independientes en la piel y, aunque es importante que el veterinario confirme el diagnóstico, no suelen requerir un tratamiento agresivo. No obstante, pueden infectarse de forma secundaria. Los poros dilatados y los puntos negros (conocidos como comedones) se asemejan a los quistes foliculares, pero estos presentan una amplia abertura en su superficie.  

En el caso de los quistes foliculares diseminados, una afección poco habitual en la que los quistes aparecen por todo el cuerpo, puede ser mucho más difícil determinar si se trata o no de una infección cutánea. En este caso, es necesario recurrir a un tratamiento veterinario más agresivo.
 

¿Qué provoca las infecciones de la piel en perros?

En los perros, las infecciones de la piel pueden deberse a un gran número de causas muy diversas. A continuación veremos algunas de las causas más habituales y las bacterias que las provocan.

Las bacterias presentes de forma natural en los perros; disbiosis cutánea e infecciones de la piel 

En la piel de los perros es posible encontrar una gran variedad de especies bacterianas que habitan en ella de forma natural. Sin embargo, cuando la piel padece algún problema de salud, puede producirse una proliferación excesiva de bacterias oportunistas que provocan infecciones secundarias. 

En ocasiones, este sobrecrecimiento se denomina «disbiosis cutánea». Este desequilibrio entre las bacterias es la verdadera causa de la infección por estafilococos en los perros. Las bacterias ya estaban allí antes de la infección y continuarán estando allí después del tratamiento; pero, si otras especies más amigables las mantienen a raya, no provocarán ningún tipo de problema.

La especie de estafilococos más importante desde el punto de vista clínico en los perros es el Staphylococcus pseudintermedius, una especie que parece ser especialmente propensa al sobrecrecimiento si se altera la microbiota cutánea (es decir, el resto de las bacterias) y que es la responsable de alrededor del 75 % de las piodermas. Sea cual sea la causa de esta alteración, tiende a provocar una enfermedad clínica con mayor frecuencia que otras especies. La Escherichia coli (E. coli) y la Pseudomonas aeruginosa (P. aeruginosa) , por ejemplo, tan solo son las responsables de alrededor del 10-20 %, respectivamente. La infección por estafilococos en los perros también puede estar provocada por otras especies de esta familia, como, por ejemplo, el Staphylococcus aureus, aunque en un porcentaje mucho menor. 

Lamentablemente, un gran número de cepas son resistentes a muchos de los antibióticos disponibles actualmente (como, por ejemplo, el Staphylococcus pseudintermedius resistente a la meticilina, SPRM, y el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, SARM) debido a la selección y diseminación de bacterias resistentes como consecuencia del uso masivo de antibióticos en la medicina humana y veterinaria.

Enfermedades subyacentes a las infecciones cutáneas

Las infecciones bacterianas de la piel a menudo se desarrollan como consecuencia de una enfermedad subyacente que vuelve la piel más sensible. Todas las afecciones de la piel, así como un gran número de anomalías inmunitarias o metabólicas, pueden provocar una infección cutánea secundaria. Un ejemplo de ello sería un perro que padece una alergia en la piel. La alergias cutáneas, independientemente de qué las provoque, producen un gran picor y pueden generar un traumatismo cutáneo y, por tanto, una infección. Además, su microbiota cutánea está alterada y presenta una mayor tendencia a que las bacterias nocivas proliferen en exceso.  Ciertas razas pueden ser más susceptibles a las infecciones bacterianas porque presentan una mayor predisposición a las enfermedades subyacentes que las provocan. Así, por ejemplo, en el caso de las razas con una mayor predisposición a desarrollar alergias, los labradores retriever, shar peis, bóxers y Boston terriers son los más afectados.  

¿Son contagiosas las infecciones bacterianas de la piel en los perros?

¡Casi nunca! Las infecciones por estafilococos, así como también otras infecciones de la piel, suelen ser consecuencia de una alteración de la barrera microbiana natural y en ellas intervienen las mismas bacterias que se encuentran presentes en la piel de todos los perros de forma natural. Así pues, en la mayoría de los casos, no hay riesgo alguno de transmisión entre perros. El riesgo de transmisión de estafilococos de un perro a una persona es aún menor si nos limpiamos bien las manos después de tratar o tocar las zonas afectadas. No obstante, es posible que en algunos casos esta infección se transmita, en especial a personas con un sistema inmunitario deprimido (bebés, personas mayores, personas que siguen un tratamiento con quimioterapia, etc.). Lavarse bien las manos reduce el riesgo de transmisión.
Asimismo, es importante recordar que, aunque las bacterias sean similares entre ellas, la posibilidad de transmisión de genes de resistencia a los antibióticos es real. 

¿Cómo se diagnostica una infección bacteriana de la piel?

El veterinario llevará a cabo una exploración clínica y es posible que también haga determinadas pruebas diagnósticas para confirmar la presencia de una infección bacteriana y el tratamiento inicial (en función del tipo de bacteria y las probabilidades). Dado que la infección suele ser secundaria, una vez curada, puede que el veterinario necesite realizar otras pruebas complementarias para descartar posibles enfermedades subyacentes. Según el caso, puede tomar una muestra con un hisopo para su cultivo y enviarla a un laboratorio para que la analice, a fin de determinar así qué antibióticos son los más adecuados (si fuesen necesarios).

Tratamiento de las infecciones bacterianas de la piel en los perros

A la hora de decidir cómo tratar las infecciones de la piel en los perros, tu veterinario tendrá en cuenta cuatro factores esenciales.

Inhibir el crecimiento bacteriano tanto sobre la piel como dentro y debajo de esta

La piel es el reservorio de las bacterias que provocan el problema. Por lo tanto, es importante inhibir su crecimiento, especialmente de los organismos patógenos o causantes de enfermedades. El abordaje terapéutico dependerá de la profundidad de la infección. Los tratamientos habituales incluyen el uso de agentes antisépticos como el digluconato de clorhexidina (sustancia activa de DOUXO® S3 PYO), salvo en el caso de piodermas profundas. El champú elimina las bacterias, las costras, etc., mientras que la mousse permite que las sustancias activas permanezcan más tiempo en contacto con la piel para obtener así unos mejores resultados. En las infecciones localizadas, las pads permiten aplicar los principios activos antisépticos únicamente en las zonas afectadas. Al inhibir la población bacteriana, creamos las condiciones idóneas para que la piel pueda curarse.

En caso de pioderma profunda o si no hay respuesta al tratamiento inicial, el veterinario suele recetar medicamentos antibióticos. En la mayoría de los casos, se trata de un tratamiento largo, por lo general de tres a cuatro semanas para la pioderma que no responde al tratamiento y de hasta diez semanas para la pioderma profunda. Por lo tanto, es esencial elegir el antibiótico más adecuado, en base a los cultivos, para disminuir la posibilidad de que se genere una resistencia al antibiótico y poder tratar las bacterias resistentes (como el SARM o el EPRM) de una forma eficaz.

Aliviar el dolor, el picor y la inflamación

En muchos casos, los traumatismos o las lesiones que se provoca el propio perro son una parte importante del problema, debido al dolor, el picor y el malestar derivados de la infección. Los productos que contienen Ophytrium, como DOUXO® S3 PYO, (que se combinan con el efecto antiséptico de la clorhexidina) permiten aliviar el prurito y reducir las irritaciones. 

Restaurar las barreras naturales de la piel

En estos trastornos, las bacterias han dañado o atravesado las barreras microbianas y mecánicas. Reforzarlas y restaurarlas es una parte importante del tratamiento. Inhibir el crecimiento de las bacterias en la capa superficial de la piel es un buen inicio, pero sustancias como Ophytrium (incluida en la fórmula de DOUXO® S3 PYO) también fortalecen la barrera mecánica y refuerzan la acción de la clorhexidina al reducir la adhesión y la formación de biofilms1 de Staphylococcus aureus y Staph pseudintermedius, a la vez que respetan la microbiota natural de la piel.

Tratar o controlar las causas subyacentes

La disbiosis de la piel rara vez aparece de la nada por sí sola, sino que suele existir una causa desencadenante o una enfermedad subyacente. A fin de evitar que se repitan las infecciones una vez finalizado el tratamiento, es esencial identificarlas y controlarlas o eliminarlas. 

 

¿Cuál es el pronóstico y cómo se puede prevenir?

El pronóstico de una infección bacteriana de la piel suele ser bueno, si bien el proceso de recuperación puede ser largo si la infección es profunda. Para evitar posibles recaídas, puede ser necesario tratar la causa subyacente a largo plazo. Si se logra controlar la enfermedad subyacente, también se reducirán las infecciones bacterianas secundarias o recurrentes.

Las medidas preventivas dependerán de la causa que origine la infección. El control a largo plazo de las alergias, el cumplimiento estricto del tratamiento antiparasitario prescrito y mantener un pelaje sano son diferentes medidas que pueden contribuir a prevenir futuros brotes.

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claves

de las infecciones bacterianas en perros

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